Las plumas tienen un gran significado para los Nativos Americanos. Una pluma no es sólo algo que cae de un pájaro, significa mucho más. La pluma simboliza la confianza, el honor, la fuerza, la sabiduría, el poder, la libertad y mucho más. Recibir una pluma equivale a ser elegido de entre el resto de miembros de la tribu.
Si un indio recibe plumas de águila americana o dorada, supone uno de los más preciados regalos que puede tener. Muchos indios creen que las águilas tienen una conexión especial con el cielo espiritual al volar tan cerca de él. Piensan que las águilas son enviadas por los dioses y que si reciben una pluma suya, es un símbolo que viene de allá arriba. Creen que el águila es el líder de todas las aves porque vuela muy alto y ve mejor que los demás pájaros.
Una vez que se recibe una pluma, su propietario debe cuidar de ella. Muchos las colgarán dentro de sus casas, considerándose irrespetuoso esconderla en un armario o colocarla en un lugar no visible. Una vez que se otorga una pluma a un miembro de la tribu, este debe exhibirla con orgullo. Esto le recordará continuamente cómo comportarse. Una pluma de águila debe tratarse con cuidado, mantenerla limpia y nunca dejar que caiga al suelo.
La única manera en que un Nativo Americano podía conseguir realmente una de estas plumas era llevando a cabo una hazaña: luchar contra un oso, alzarse contra el enemigo y vencerle o regresar de una cacería con comida para la tribu. No se les permitía llevar la pluma hasta no aparecer frente al tribunal de su tribu y relatar su victoria. En ese momento se les autorizaba a colocarla en su tocado. Sólo los jefes, guerreros y valientes habían conseguido alguna vez este regalo tan especial.
Las plumas de los indios Nativos Americanos son un símbolo esencial de su modo de vida. Se ven adornando armarios, tocados, como ornamentación dentro de las casas y tatuadas en su piel.
La pluma se daba como signo de respeto y honor. Los Nativos Americanos que poseían ciertas habilidades personales o que conseguían algo de gran significado para la tribu eran candidatos a recibir plumas de mano de los jefes o de los más mayores como signo de fuerza. El Nativo Americano que portaba el tocado con mayor número de plumas era normalmente el jefe.
Pero, al igual que no hay cultura igual a otra ni pueblo igual a otro, entre los diversos grupos de Indios Americanos existen diferencias. No todos llevan colocadas las plumas de igual forma ni usan las plumas de las mismas especies de aves. Cada pueblo tiene su costumbre y, en consecuencia, su significado.
Los Apaches y los Crow fueron famosos por sus tocados con hermosos arreglos en plumas de águilas y cuervos.
En México los Aztecas fueron famosos por sus tocados en pluma de quetzal.
También el color y la forma son importantes. La pluma roja con muescas, por ejemplo, indicaba que quien la portaba se la había quitado al tocado de un enemigo, mientras que la misma pluma cortada a la mitad denotaba que su portador había sido herido en batalla.
Para los Sioux, el águila real representaba la esencia de toda vida. Sus plumas se consideraban rayos del sol, y el adorno que llevaban en la cabeza, compuesto por plumas de águila, constituía un símbolo del Pájaro del Trueno, el espíritu universal. Con el adorno de plumas en cabeza antes de iniciar la batalla, los guerreros sioux se identificaban con la fuerza y el poder del dios águila.
Los indios asentados en las Grandes Llanuras de la zona central de Norteamérica eran pueblos nómadas que seguían la grandes manadas de búfalos y, ocasionalmente, se establecían en algún asentamiento en el que cultivaban maíz. La invasión del hombre blanco, la fiebre del oro, la profanación de las Black Hills (Colinas Negras), el exterminio de las manadas de búfalos… no les dejaron otra salida que enfrentarse al hombre blanco. Entre estos pueblos indios existía la costumbre de protagonizar los llamados counting coup (se podría traducir por actos o muestras de valentía) para demostrar su valor en la batalla y, también como rito de paso, para superar la niñez y convertirse en guerreros. Entre las distintas pruebas de valentía -frente a los “rostros pálidos” u otras tribus indias- estaba tocar al enemigo durante la batalla con la mano o con un palo y robar armas o caballos de sus campamentos. Las plumas servían como muestra de estos logros: si salían ilesos se podían poner una pluma de águila en la cabeza y si eran heridos se la podían pintar en el cuerpo.
En culturas como las precolombinas este tipo de tradición estaba profundamente marcada por costumbres ancestrales y míticas por medio de las cuales el contacto entre el hombre y la naturaleza se daba por medio del rol que sea asumido por el usuario de la prenda. Por ejemplo en algunas tribus entre los indios amazónicos los participantes en rituales y danzas toman cualidades del ave con la que decoren sus atavíos.
El simbolismo de las plumas es particularmente importante en la tradición precolombina, pues gran parte de su arte se expresó a partir de plumas de preciosos colores –como aún hoy se manifiesta en el Brasil–, formando mosaicos o combinaciones y entretejimientos con otros materiales de la indumentaria de uso ceremonial o cotidiano, aunque la mayor parte de este arte se ha perdido por la índole perecedera del material. Entre las deidades Náhuatl asociadas al vuelo, y por lo tanto a las aves, pueden señalarse colibrí azul, colibrí verde, tórtola, codorniz, cuervo, lechuza, mariposa, halcón, pavo, búho, quetzal, guacamaya, y papagayo (o loro).
Numerosísimas son las representaciones de aves en toda la América Antigua, pero tal vez la más espectacular es la que se encuentra dibujada en enormes proporciones, ya que sólo puede distinguirse netamente desde el aire, en las llamadas pistas de Nazca, al sur del Perú. Es reseñable además la importancia que un ave mítica, el Thunderbird, tiene para los indios del Noroeste de Norteamérica, los cuales piensan que el trueno se produce por el batir de sus alas y los relámpagos por el abrir y cerrar de sus ojos; generalmente esta ave es representada como un águila. Esa misma ave es llamada Heloha entre los Choctaw del Suroeste y Skyamsenpor los esquimales. Los Sioux y Dakotas tienen un ave análoga emparentada con el trueno (Wakinyan) y reconocen en Wakinyan Tankaal el misterioso Pájaro de Trueno, que transmite y expresa las voces de los dioses directamente al igual que lo hacen las aves con su canto.
Las alas y las plumas significan un impulso hacia lo alto, hacia la inteligencia del alma que al combinarse con otros símbolos animales los “espiritualizan” complementando su significado.
Se dice que las plumas están también vinculadas a la vegetación en cuanto símbolo de la cabellera de la tierra; para algunos Tupí-Guaraníes, los rayos del sol eran plumas-cabellera.
Se considera a las aves como portadoras de mensajes, de buen o mal agüero y por eso los chamanes estudian e interpretan su vuelo.
Las plumas como símbolos del aire también son fecundadoras como puede verse en el mito azteca del nacimiento de Huitzilopochtli, parido por una virgen que recogió un montón de plumas en su regazo.
Los indios Pueblo consideran a las plumas como intermediarias entre cielo y tierra y las colocan en lugares especiales de su geografía sagrada.
No sólo las aves son transmisoras de mensajes sino que éstos pueden tener un carácter agorero.
Todas las aves, representantes del vuelo y el elemento aire y rectoras del mundo intermediario y por lo tanto portadoras de mensajes que traen por medio de sus alas y sus cantos, han sido sacralizadas por las culturas y ritos indígenas, a lo largo y ancho de América, desde los tiempos precolombinos a los actuales; así el pequeño y volátil colibrí, el quetzal, la lechuza, y aún mariposas, avispas y tábanos y las majestuosas águilas del norte y mesoamericanas tanto como el cóndor andino.
Pero tampoco todos los jefes de los pueblos originarios de Norteamérica usaban tocados de plumas. Los que sí los llevaban, especialmente los nativos de las llanuras, no los llevaban en las batallas. Se lucían únicamente durante las ceremonias, ya que eran un signo de autoridad.
Además, existe otro significado en ciertas tribus de Nativos Americanos: el espiritual. Cuando uno recibe plumas en el Camino Rojo (modo de vida en donde se busca relacionarse con el Águila (o Gran Espíritu), es también por logros espirituales. Una persona recibe una pluma de águila o halcón para estar conectado con el fuego y el Gran Espíritu. Además de adornos, se utilizan para limpiar energía, para canalizarla como en los atrapasueños y como antenas espirituales que conecten con el Gran Espíritu, los elementos, los pensamientos y las cuatro direcciones.
Referencias:
http://www.indians.org/articles/feathers.html